No todo lo que es arte tiene por qué ser bello, de hecho, hay grandes obras que pretenden justamente no ser bellas, sino, oscuras, tenebrosas o incluso desagradables, por ejemplo las pinturas negras de Goya. Pero, tampoco todo lo bello tiene por qué ser arte.
El pasado 2 de diciembre hubo uno de los acontecimientos más esperados del año en el mundo de la moda, el desfile de Victoria's Secret, lencería de alta costura. Un desfile increíble protagonizado por algunas de las mejores modelos de todo el mundo. Pero no hay que confundir esto con arte.
En muchas ocasiones, ante cuerpos tan impactantes, se oyen expresiones como: "parece una diosa, cuanto arte", pero esto mismo es lo que nos ha llevado en muchos casos a situaciones extremas como casos de anorexia o bulimia.
Sin embargo, la belleza es algo que por un lado no depende al 100% de cada uno, la mayor parte viene determinada por la genética (aunque claro está que actualmente los cuerpos pueden someterse a cirugías). Y, por otro lado, ¿quien determina qué es y qué no belleza?
Actualmente los patrones de belleza generalmente, siguen basándose en la talla 90-60-90 o en la talla 34 (aun que hay que decir que cada vez esto se va dejando atrás). Además, a lo largo de la historia los prototipos han ido cambiando.
Por tanto, así como la identidad personal sí podríamos considerarla arte, puesto que es una forma de expresión mediante la ropa, el maquillaje, el peinado, etcétera, la belleza no lo es.
El hecho de ser más o menos guapo, atractivo o sexy no expresa ningún sentimiento ni ninguna forma de pensar o de ser más allá del físico. Y recordemos que el arte es una forma de expresión.
El hecho de ser más o menos guapo, atractivo o sexy no expresa ningún sentimiento ni ninguna forma de pensar o de ser más allá del físico. Y recordemos que el arte es una forma de expresión.
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