Pero la respuesta a este planteamiento es que la interpretación sí es un arte.
Pese a no expresar sus propios sentimientos, el actor lo que hace es meterse en la piel de alguien que sí siente esos sentimientos. Trata de expresar los sentimientos y emociones de un personaje y mediante ellos llegar al público.
El actor quiere provocar reacción en el público, ya sea: risa, tristeza, alegría, miedo...
No olvidemos que cuando vamos al teatro o al cine, vamos con la intención de entender esa historia y de empatizar con los personajes.
El mundo de la interpretación es muy amplio, está lleno de sorpresas, cada día aprendes, y exploras en ti mismo, tratas de descubrir la manera óptima de hacer mejor tu papel, un papel que tiene que ser creíble, y con el que debes lograr que el público simpatice contigo.
Así pues, la interpretación es un arte que consiste en transmitir unos sentimientos, que pese a no ser los que el actor siente en la vida real, son los que este deberá sentir y transmitir durante el tiempo que dura la función.
Deberán apropiarse de ellos y hacerlos llegar de la mejor manera posible a su público.
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