Si buscamos en la Real Academia Española (RAE) la
definición de arte encontraremos varios significados, pero yo me centraré en
los dos primeros. La primera definición dice así: “Virtud, disposición y
habilidad para hacer algo”, y la segunda “Manifestación de la actividad humana
mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta
lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros”.
Las personas creamos arte desde hace miles de años,
puesto que según las definiciones mencionadas anteriormente las pinturas rupestres
las podemos o deberíamos considerar arte. Y es que la palabra
ARTE abasta un campo tan amplio que recoge desde aquello más material como la
arquitectura, la cerámica, la fotografía, la escultura, la pintura, etc., hasta
aquello intangible como la música, la poesía, el teatro, la danza e incluso el
arte corporal.
Lo que está claro es que el arte se caracteriza
principalmente por la subjetividad del que lo crea y del que lo percibe, puesto
que los artistas crean su arte con una intención que no tiene por qué ser lo
que su obra nos transmitirá, ya que las experiencias personales de cada uno
juegan un importante papel a la hora de sentir el arte. Así que claro está, que
lo que me puede sugerir a mí El Grito de Edvard Munch no tiene por qué ser igual a
lo que le transmitirá a otra persona, ni a lo que el propio Munch quiso
transmitir cuando lo pintó.
Esto lo vemos claro con las óperas, si no, ¿Cómo es posible que haya tantas
personas a las que les emociona una ópera de Wagner y hay muchas otras que no
la saben apreciar? De hecho, tenemos grabados y monumentos construidos por
civilizaciones antiguas que aun siendo arte a menudo nos cuesta apreciar.
Pirámide de Chichen Itzá, Riviera Maya (México) |
Ruinas de Chichen Itzá, Riviera Maya (México) |
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